lunes, 18 de noviembre de 2013

Primero el Fuego

Primero el fuego, luego un aroma a vainilla impregnándose en el aire. Luego... luego... no hay mente, luego... La poesía es el vacío!, es decir, no tiene límites. Y el universo es tan ínfimo como infinito lo queramos. Luego, la pasión es igualmente brillante cual sol más enceguecedor. Y el odio no existe, es una mera excusa que nos permite visualizar el verdadero amor. En tanto... en tanto, la verdad es una mera ilusión que nos hace ver fuertes y poderosos frente a los demás. Y yo, yo soy un mentiroso que refuta lo que dice y cree en lo invisible. Todo esto, todo esto soy y mientras, el fuego devora con apasionada locura el oxigeno que sabiendo su destino es y se funde junto a él hasta su extinción, hasta la extinción... en la última calada de este pito de vainilla que exhalo y se vuelve verso en un papel.

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