sábado, 26 de enero de 2013

No dudarlo

Ella venía llegando, sonreía, pero una sonrisa no como la que se dibuja cuando nos vemos luego de mucho sin que nuestras miradas se conversen , quizá sólo fue que llegué temprano -acostumbro a llegar tarde a casi todo-, no lo sé. Luego de saludarnos y de decidir donde iríamos, comenzamos la caminata hacía el paseo- mirador Atkinson -sus cafés tienen y el aire tienen una mística algo especial-, ella había comenzado a hablar, yo estaba mudo, siempre me a costado trabajo sacar lo que tengo dentro. Ella continuaba hablando, de pronto se lo dije así sin más pensarlo, no quería más segundos sin decírselo...

"Sé por que y por que no, y también sé por qué seguirá siendo, tú también lo sabes y es por eso que tus ojos brillan al hablarnos y al besarnos, y lloran al discutir y rabear. Es por eso también que nunca dejará de ser. Te amo."

Nos detuvimos, nos miramos y las palabras no hicieron falta. Fuimos uno. Nos complementamos.