jueves, 30 de enero de 2014

Nadira

No conozco al herrero, tampoco la matriz. Tan sólo conozco -a través de sus ojos castaña- la pasión con que herrero y matriz forjaron bajo la luna del oriente, aquella Estrella del Norte que hoy conocí.

Priscilla

Te miro, te observo, te admiro y no puedo encontrar algo que no me guste. Cada curva de tu cuerpo, cada línea que dibuja tu cabello y cada espacio que hay entre ellos parece estar justo en su lugar y en su justa medida. Te vuelvo a observar -quiero encontrar algo que no me guste- y comienzo nuevamente a perderme en los surcos marrones de tus ojos, en cada trazo definido de tus labios y la bicoloridad de tu cabello. La verdad, es que el espacio es ínfimo para capturar con precisión cada detalle. Y yo, que sólo quiero conocer ese interior que pareces ocultarme. Y yo, que sólo quiero perderme en tí y conocer todas las palabras de tu mente que no me dices.

Mujer

Te he soñado nunca y mis besos no han compartido caricias con los tuyos. Te he conocido hace un instante. Y la pasión -esta- que es fruto delo que nos decimos sin hablar, quiere dar cada instante para recorrer el universo de tu cuerpo.

Fran

He intentado descubrir que miran esos ojos, he intentado saber que dicen esos labios e incluso he intentado adivinar que es lo que piensas. Ahora caigo en cuenta que nunca debí intentar alguna de las cosas que te mencioné... ahora es cuando. Ahora es, y en cuanto intente, no conoceré la furia de esos pequeños ojos achinados, ni la rabia de esos labios tiernamente definidos, ni permanecer siquiera un instante cósmico en tu inquietante mente. Ahora es cuando, y el sol nos espera todas las tardes con un rojo violeta antes del anochecer.