martes, 12 de junio de 2012

A las Aventuras de James


Querido amigo yo sé que piensas que la madurez es algo que se lleva en las palabras, en la cita a autores que supieron encontrar su madurez (encontrarse). Es cierto y puedes estar en lo cierto de que lo que digo es sólo charlatanería, es sólo un pensamiento, pero, de todas maneras me gustaría poder escuchar lo que tú conoces por madurez, o que es tal concepto para ti. Antes si, me gustaría poder hacer referencia a lo que por mi parte he visto en ti,  que no es sino, un perfecto signo de inmadurez que intenta ser una solides que quiere mostrar en la superficialidad de las palabras ese sentimiento que a ratos te recuerda que no puedes ser menos que el resto, que por ende - y por cierto- no piensas vivir esa sensación de llegar al límite de la locura, por no saber qué es lo que realmente se está haciendo mal, que es lo que realmente fue lo que alejo a las personas que quisiste de tu lado, que fue lo que sedujo a tu amada a tomar las decisiones que tomó, no, no lo sabes, pero tampoco quieres saberlo, y tampoco quieres escucharlo ( y es por eso que tu cara presenta signos de muecas y repulsión), pues eso sería -por cierto- como un mazo de Thor reventando los pilares que sostienen tu amarga alegría de sentirte superior al resto de los presentes ( a tu alrededor, a tus conocidos y a los por "conocer"), procurando utilizar las palabras justas, con un peso profundo, que sólo acude al recuerdo superficial del sentimiento. Es así, de esa manera, estimado, que tu quieres incitar mis palabras sobre ti, quizás conseguiste tu objetivo, de cierta manera - y lo digo así, de cierta manera, pues yo también pude conseguir lo que quería (aunque no es mi real satisfacción decírtelo, pues prefiero disfrutar del tiempo que queda libre procurando ver y respirar los colores de las estrellas.. .), dirigirme a ti -si, en esta falsa cercanía- pero dirigirme y hablarte un poco sobre lo que pienso de tus palabras, de tu madurez, de lo que alguna vez hablamos (si se puede llamar conversación). Yo sólo espero que siga todo como siguió, tu disfrutando de tu firmeza y seguridad y yo disfrutando de mi niñez, en los brazos de las personas que amo, o bajo la lluvia, o en un castillo de arena, o con un autorretrato en lápiz mina, o simplemente con mi cabeza entre las caricias de todo lo que amo.

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