jueves, 9 de febrero de 2012

Una noche bajo el olivo.. .



Esa noche la luna llena, se llenaba los pulmones del humo de tabaco que enroscado subía por la oscuridad estrellada, cual dragón chino se eleva por algo de más claridad para ver su destino.. .

Aquella noche, en la que oscurecí -sin saberlo, sin pensarlo- la luz de luna con el humo vainilla de mis cigarros, esperé tu llamada, escribiendo sentado bajo el olivo, mientras la mueca de tristeza lunar que aún se lograba entre ver al ascender más hacia el centro de la cúpula terrestre, desaparecía lentamente.
Te pensé tanto, y creo lo supiste al descubrirte en medio unas piedras de cuarzo y otras cosas, pensando en mí. No te llamé y sólo esperé, pues sabía que el amargo sabor de mis palabras tenían culpa en este vacío.
Callé y sólo quise esperar y seguir sintiendo el amargo sabor del café y el tabaco de vainilla alentando la espera.
Quise volverme humo en el cigarro, a ver si podía elevarme alto, bien alto por sobre las nubes, y verte dormir de lado mirando con tus párpados cerrados la muralla. Para verte dormir y abrazarte mientras sueñas con estas mismas palabras, que susurraré a tu oído.
Callé y sólo quise esperar, pues sabía que la oscuridad de mis palabras apaga de pronto, el brillo de las tuyas. Y la vergüenza de ser dueño del vacío de tus palabras, continuaría inundando mi mente de melancolía.

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