Luego me recliné sobre mis rodillas como queriendo encontrar un punto fijo entre mis pies para concentrarme y escuchar con calma las palabras. Levanté mi cabeza con cuidado y deje que la piel vieja cayera. Nos miramos y las palabras parecieron encontrar un nuevo método para expresarse... colores tenues y brillo en tus ojos fue lo que vi ese día...
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