lunes, 3 de marzo de 2014

Enceguecer

Y fue entonces que comprendí que todos esos fantasma era yo mismo, así que decidí resolver el asunto, volví a cerrar los ojos. Les miré, aún seguían ahí -como en un tiempo aparte- y les invité a un viaje. Recorrimos bosques, desiertos, montañas y espacios siderales, rondamos infiernos y tierras celestiales y aún así no encontraba el lugar apropiado. Entonces recordé, había un lugar donde no habíamos ido, así que nos adentramos, pero al cabo de unos pasos hacia ese lugar, enceguecieron. La oscuridad era tal en ese lugar -mi interior- que los encegueció. Y desde ese momento yo soy el lazarillo.

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