y escribirte poesía polimorfa, sobre una superficie de mosaicos cuadrados.
Tan sólo puedo escuchar tu voz revotando en mi mente, activada
a ratos por tu imagen dibujada sobre infinitos pixeles frente mis ojos.
Nada, nada más puedo hacer hoy, más que letras,
un alfabeto codificado en la red conformando palabras.
Y nada, no soy nada para ellos, pero eso es lo de menos
si soy un instante en el brillo de tu mirada.