viernes, 22 de febrero de 2013

Desnudarse

Fue una tarde en que la luz en el cuarto se esparcía tenue a mitad de su intensidad. Nuestros cuerpos estaban mudos. Llevábamos meses sin hablar más que lo común de nuestros días.
Nos mirábamos como queriendo convencernos de que no era necesario...
Desnudarnos en versos, ¡eso queríamos!, pero nadie se atrevía a dar el primer paso.
Sólo hay algo que siempre logra ablandar nuestras armaduras, la música, que en esta ocasión danzaba el aire  suavizando nuestros ciegos oídos y nuestras vedadas palabras.
Era entonces... comenzaba entonces, el éxtasis de hablar desnudos.