Me aferro a la vida, dando muerte a una ya existente.
Mis propósitos son más importantes que los tuyos.
Mi convicción escapa de tu realidad, lo sé,
y te miro desde esta, para probarte y hacerte participe,
un esclavo que solidifica su concepción natural,
su universo infinito, a la mecánica de mis fantasías.
La industrialización, fue ayer,
la robótica es el hoy del mañana,
en unos cuantos días, la biomecánica.
Quizás nunca, quizá si, la razón dará paso
a su verdadera concepción, en el ser.
Me aferro a tu vida, dando muerte a tu existir.
La religión -la que aceptaste- es el óxido que ensucia mi ser.
la intención la fuerza del cambio que no permitiré.
Mi convicción escapa de tu realidad,
y me miras, sabes quien dispone el poder,
quien esclaviza tu ser y tu universo,
ahora un porcentaje de tierra y aire
dispuesta al servicio de la mecánica de mis fantasías.
dispuesta al servicio de la mecánica de mis fantasías.
El único camino que podrías lo tienes ante tus ojos,
pero mis ficciones se conjugan a la perfección.
Mi religión es el acero con el que forja mi destino,
la intención, la fuerza de acción que mis propósitos rugen tu escucha,
mientras me aferro a tu vida y le doy muerte a tu existir.