martes, 13 de marzo de 2012

El puerto desde el paseo Atkinson


Era la fresca sombra, arriba, la bugambilia,
Era a un costado, durmiendo, un perro,
Era la vista, el puerto, mi melancolía.
Era saltando, a un costado, una langosta.
Eran mis párpados entre cerrados.

Eran las gaviotas, que volaban riendo,
El coro que acompañaba el murmullo de la ciudad.

Era el día, un día 8 de Febrero y la tibieza del aire,
El cascabel de un gato que desaparecía a través de una reja negra.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Despertar con tus besos

Ese día, al despertar la mañana de su largo sueño (traviesa como muchos días últimamente) se coló por entre las persianas de mi pieza hasta llegar tibia a mi mejilla.
Aún entre dormido, sentí un calor sobre mi mejilla (que en aquel momento confundí con tus besos). Feliz y pensando que habías venido a verme por la mañana, abrí los ojos. Mientras llevaba en el acto mis manos hacia tu cuello, me percate que no estabas y que tan sólo era el primer rayo de la mañana que me despertaba engañado.. .
O quizás -luego pensé- fue que al despertarte pensabas en mi, y en los besos con los que te despertaría si te tuviera entre mis brazos. Y los seis segundos que prosiguieron aquel suceso encendieron la mecha de la metafísica de los sueños, que volaron hacia lo alto, más alto que las nubes, en busca de unos rayos de luz que supieran mi parada.Y así fue que, al encontrarme aún dormido, entibiaron mi mejilla derecha,
tal como lo hacen tus besos cada mañana, en esas mañanas en las que despiertas junto a mi.