Era la
fresca sombra, arriba, la bugambilia,
Era a un
costado, durmiendo, un perro,
Era la
vista, el puerto, mi melancolía.
Era
saltando, a un costado, una langosta.
Eran mis
párpados entre cerrados.
Eran las
gaviotas, que volaban riendo,
El coro que
acompañaba el murmullo de la ciudad.
Era el día,
un día 8 de Febrero y la tibieza del aire,
El cascabel
de un gato que desaparecía a través de una reja negra.